EL USO DE LA TECNOLOGÍA EN EL SALÓN DE CLASES

Este artículo está basado en algunas anécdotas en donde quiero compartir con ustedes algunas experiencias en donde manifestó y recuerdo cómo hace poco más de dos décadas, la mayoría de las personas no teníamos idea de la importancia que cobraría la computación, el internet y las nuevas tecnologías de la información en prácticamente todos los ámbitos nuestras vidas ya sea en el hogar, el educativo y laboral. Seguramente ustedes podrán contarme algunas más.

Empezaré por una anécdota que, cuando se presenta la oportunidad, me gusta comentar con mis alumnos y es como en el año de 1985 estando en el trabajo un compañero me pidió que al final del día lo acompañara a Aurrera. Ya en camino le pregunté que qué es lo que iba a comprar a lo cual él me contesto en un tono muy alegre: “una computadora”, ¡queee! le dije yo, ¿para qué quieres una computadora en tu casa? para trabajar, me contestó muy seguro; ¿en Aurrera venden computadoras? Yo estaba ansioso por llegar a la tienda. Al llegar a ésta conocí, acepto que muy sorprendido, la famosa Comodore 64 que se vendía ahí junto a las televisiones y equipos de sonido, la verdad no recuerdo el precio, pero sí recuerdo a mi amigo saliendo feliz con su computadora.

También les platicaré que viene a mi cabeza la anécdota que me contó mi suegro –que siendo técnico de equipo de computo se dedicaba a la compostura de este- de cuando él, preocupado porque sus hijos tuvieran lo necesario para sus estudios, un día en el año de 1980 ó 1981 le propuso a uno de mis cuñados, que acababa de comenzar a estudiar ingeniería en electrónica, que fueran a comprar una computadora a San Antonio, Texas con lo que éste se quedó sorprendido y más sorprendidos sus compañeros de trabajo que inclusive uno le dijo “no estás harto de ver computadoras, que ya quieres llevarte una a tu casa”, a lo cual él les contestó “ya verán que muy pronto en cada casa habrá una computadora”. Efectivamente se fueron y regresaron con una computadora Radio Shack.

Pero la anécdota más importante para mi es la siguiente. Llevaba yo 13 años trabajando como profesor de Geografía y Geografía Económica del colegio de la comunidad judía para el cual yo trabajaba, demostrando ser un muy buen profesor siendo reconocido en múltiples ocasiones (ustedes disculpen hacer a un lado la modestia). Sucede que para el año de 1998 mi único contacto con las computadoras era para teclear mis exámenes en Word y una amiga me ayudaba dándoles formato, obviamente esto me hacia un analfabeta de la tecnología de lo cual yo me había dado cuenta y lo aceptaba desde años atrás. Claro que yo estaba determinado a que en un futuro me prepararía adentrándome en este fantástico mundo. No imaginaba que tan cerca estaba este futuro.

En mayo de 1998 fui llamado a la oficina de la directora general no sabiendo el motivo de esto. Su plática comenzó recordándome los múltiples problemas que había tenido la preparatoria con los maestros de computación –que duraban unos meses pues “no aguantaban” a los alumnos y salían corriendo-que habían sido contratados hasta el momento. Sucede que el colegio se había preocupado por contratar a ingenieros en sistemas pensando que el mejor maestro debía ser  una persona que dominara el conocimiento computacional, es decir “un especialista”. La directora me dijo algo así: Jorge nos hemos dado cuenta que nuestro error ha sido querer a una persona que “dominara la materia”, siendo que siempre debimos buscar que la persona que estuviera al frente de los grupos, primero un maestro y después un especialista en computación. Por esto hemos pensado en ti para que el próximo año escolar tú te hagas cargo de las clases de computación. Estupefacto escuche estas palabras y cuando me repuse me sonreí y le dije “Perdón pero debo decirte que yo no se computación, con trabajos hago mis exámenes en Word y tienen que ayudarme. En resumen, te agradezco que hayan pensado en mi pero yo no sé computación y no te quiero quedar mal a ti ni al Colegio”. Ella me veía fijamente y me dijo “No sabes computación, y que ¿no puedes aprender?”. Esas palabras retumbaron en mi cabeza, hice una pausa pensando rápidamente y le contesté que tenía razón y acepté el reto. Mis siguientes vacaciones de verano fueron dedicadas casi por completo, y con mucha emoción, a estudiar un curso de MS DOS y Office. Al mismo tiempo comencé a asesorarme para comprar mi primer computadora  -debo aceptar que me fui a la Plaza de la Computación-, cuando la tuve en casa recordé aquellas palabras de mi suegro.

Al siguiente curso escolar, no me lo creía y creo que mis alumnos tampoco, estaba inaugurándome como profesor de computación.

Fue así como comenzó para mí una etapa de gran superación personal al abrirse un mundo maravilloso de tecnología y de información que la he aplicado en casa, en mis estudios y obviamente en el desempeño de mi labor educativa en donde se ha convertido en una herramienta indispensable y hasta podría decir que inseparable. He beneficiado a mis alumnos y yo me he liberado de la carga de ser un analfabeta tecnológico.

Como ven, estas anécdotas tratan de cómo tres personas iniciaron su contacto con la tecnología y 20 ó 30 años después nuestro trabajo depende en mayor o menor grado de esta relación.

Creo que todos los que en nuestros tiempos de estudiante trabajamos con máquinas de escribir, y más si no tuvimos la posibilidad de tener una  eléctrica, los que tuvieron que trabajar con el famoso MS DOS y hoy en día tenemos contacto con las nuevas tecnologías, hemos tenido el pensamiento, con cierto coraje, de todo el trabajo y tiempo que pudimos habernos evitado con sólo haber contado siquiera con la mitad de lo que los estudiantes de hoy tienen a su alcance; nos consolamos  diciéndonos que en fin, eran otros tiempos.

Hoy la tecnología llegó a las aulas en una gran variedad de formas y queremos que nuestros hijos tengan contacto lo más temprano posible con las computadoras y todos los programas que les ayuden a un mejor aprendizaje, por lo que buscamos que la escuela a la que asisten cuente con esta infraestructura y que los profesores sean gente capacitada y actualizada. Por tal motivo el colegio que se precie de vanguardista debe cuidar estos aspectos y brindar no solo lo último en tecnología sino en programas que coadyuven a su mejor aprendizaje, porque como bien se dice “importante es tener la tecnología, pero más importante es saber utilizarla”.

Como profesores indudablemente el contar con estas herramientas significa grandes ventajas puesto que es un apoyo dentro y fuera del salón de clases. La posibilidad de complementar las palabras con elementos visuales nos asegura llegar a las mentes de un mayor número de alumnos, por aquello de que no todos aprendemos de la misma manera y que mientras más sentidos se empleen mejor. He cambiado mis estáticas ilustraciones en carteles en papel manila, que al paso de los años se habían deteriorado demasiado, por unas bonitas, interactivas y vistosas presentaciones en Power Point; los alumnos pueden mostrar sus habilidades y creatividad entre otras cosas al momento que se les pide una exposición.

Por otro lado que gran ayuda para las tareas significa el internet. Ahora el problema no es la falta de información sino ¿cuál será la mejor página? por el inmenso caudal de información con que nos encontramos. En el caso de nuestros colegios tanto alumnos como profesores vemos en aula24h.com una gran ayuda acorde a nuestras necesidades y potencialidades de nuestros alumnos.

En fin tantas cosas que pueden hablarse de la tecnología y su uso en el salón de clases, pero pienso que una cosa es cierta tanto estudiantes y profesores tienen que desarrollar una serie de habilidades para hacer un uso al máximo de las nuevas tecnologías, ya que el verdadero poder de estos nuevos entornos está en saber usarlos al máximo de sus posibilidades, de ahí que es primordial que ambas partes estén capacitadas para su manejo.

Jorge Hamdan Monreal

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